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Copio también en este blog el post dedicado a Altair:
«Siempre me gustó abril, porque es el mes en que nací e imagino que eso influye.

Me gustaba el mes, anunciando la cercanía del calor y me gustaba el nombre: «abril», corto, sonoro…

Me gustaba…

Porque desde el 2009 ya no me gusta tanto.

En abril despedimos a Altair de la vida, y despidiendo el mes, como ayer, hace ya  4 años, despedíamos su cuerpo.

Desde entonces, cada año he escrito algo para ella, porque como dice la canción, si bien «no prometí encender en su día especial una vela», sí prometí tenerla presente, yo, su padre, sus hermanos… y dedicarle un pequeño homenaje escrito.

Este año me parece que la despedida es aún mayor.

Querida hija:

Este año ha sido un año de grandes, profundos e importantes cambios en nuestras vidas.

Con decisiones que afectan a gente que quiero y que te quiere.

Con muchas despedidas y adioses.

Parece que mi vida es despedir más que recibir… pero no es cierto.
Lo que pasa es que la gente que no dejó huella ni la noto irse,

Pero cuando despido a alguien que me importa lo hago siempre con añoranza de los momentos pasados.

Aunque la despedida la provoque yo.

Difícil de entender verdad?

Sí, así es tu madre.
En mi deseo de ser coherente a veces caigo justo en lo contrario…  no es fácil

Este otro año sin ti mamá ha conocido a muchos otros padres de bebé como tú.

En algunos casos, mi experiencia contigo, todo lo que aprendí de ti, por ti y a través de ti, ha ayudado un poco a pasar por el trance amargo de despedirles.

No hay consuelo ninguno para los padres.

Eso es lo primero que me enseñaste.

Es como estar en una tormenta en medio del oceáno.

Es imposible para otro humano parar la tormenta.

Es imposible para nosotros dirigir un barco que no es nuestro.

Pero sí podemos como el faro en la costa, a lo lejos, iluminar un poco y dar esperanza de que la tierra firme está.

A veces muy lejos aún

Habrá que batallar fuerte con las emociones que nos golperán como esas olas rabiosas

Pero saber hacia dónde dirigirse da fuerzas y ayuda a no caer en la desesperanza

Podemos sucumbir a la tormenta o atravesarla.

Gracias a ti y a otros muchos como tú cada vez hay más faros de luz en más lugares.

Gracias mi querida estrella

Por ti, por bebés como Airam y por tantos otros…

GRACIAS

 

Dedicado a Altair, Airam y a sus padres Noemí y Jorge

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