Agosto, mes que recibió ese nombre en honor a Octavio «Augusto», que significaba «consagrado».
En un mes de agosto fui concebida y desde hace unos años, grandes cosas han pasado en este mes: buenas y malas.
Imagino que debe ser verdad eso de que el cuerpo tiene memoria y debe tener hasta su propio calendario interno.
No en vano somos seres cíclicos, regidos por un calendario que no está escogido al azar, sino en base a movimientos circulares que se repiten, año tras año.
Hace 45 años, cuando el planeta estaba más o menos donde ahora empezó mi existencia.
Hace 27 años, en agosto, tomé una de las decisiones más importantes de mi vida
Hace 25 años, en agosto, vine a esta isla para ver si me mudaba definitivamente
Hace 4 años, en agosto, parí a mi hija como quería y tanto necesitaba. Sin duda un punto de inflexión en mi vida
Hace 3 años, en agosto acabó mi matrimonio
Hace 2 años, por estas fechas, moría algo y una parte de mi murió con ello
Hace 1 año, en agosto, aprendi que era más fuerte que las cosas malas que me pasaban
Y este agosto, hoy, tras unos días «raros», algo casual me devuelve a mi realidad, para enfrentarme a ella. Hoy me encuentro en una nueva encrucijada.
Quien sabe si el próximo agosto esté aquí en este rincón contándoos qué camino tomé y a dónde me llevó…