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Re-comenzar

Cada año que empiezo un nuevo curso hay un cambio importante en mi vida. Parece que el Continuum es lo único «continuum» que hay en mi vida, porque todo lo demás es más bien «interruptus» (si me permites el mal chiste).

Mi proyecto arrancó a la vez que mi divorcio, y al parecer cada curso está marcado por una ruptura, más o menos dramática.
Igual es para compensar.
Es muy difícil vivir de forma consecuente, hoy hablaba de eso. Ser idealista o activista o política en el sentido apartidista, tiene un precio. A veces un alto precio.
Y una  a veces querría ser inconsecuente y hacer lo que le apetece en el momento aunque vaya en contra de lo que crees profundamente. Pero no es posible. Porque cuando haces algo en contra de lo que eres de verdad, te sale la incoherencia por los poros. Y exhalas falsedad.
Así que sólo nos queda seguir el camino solas, mi consecuencia y yo.

Nohemí Hervada
Se me han juntado dos diosas a la vez en el mismo momento espacio-tiempo, en el mismo cuerpo. Y al final, como en todas las guerras civiles, entre hermanos, todos pierden.

En esta guerra no gana Hera ni Afrodita,  pierden las dos, porque ambas ceden parte de su esencia.
Quiero pensar que quizás ganan también las dos, pero la verdad no lo creo. Porque como buenas diosas griegas cada una reclama su parcela sin concesiones.
Así que  aunque hoy haya una ganando la batalla, en el fondo sabe que ha perdido.
Pasará el tiempo, esas noches largas y esos años cortos, y quién sabe a quién tendremos cerca cuando  mi tiempo sea más mío.
Y quién sabe a quién tendrás tú. O si por tener más tiempo, has tenido menos…
No hay nada seguro, salvo lo que uno elige hacer en cada momento.
La vida es elegir, decidir, el amor es una decisión. Aunque a veces hay que compaginarla con otras elecciones y otros amores.

Con el tiempo me he dado cuenta de  que valen más los contados momentos de verdad que la eternidad vivida en un continuo futuro incierto, que al final es mentira.
Y yo he tenido momentos de verdad. Mucha verdad. Seguramente demasiada verdad.
Pero así soy yo. En el fondo creo que me va el drama.

Debe ser agradable vivir una gran pasión de forma estable… yo no lo he conseguido nunca. Siempre he tenido que elegir entre una cosa u otra.  Hoy también.
Pero al menos, elegí.
No todos se atreven a decir lo mismo.

 

Olvídame tú-Miguel Bosé

Olvídame tú-Miguel Bosé

Esta canción me gusta mucho, como la mayoría de Miguel Bosé.
Estaba oyéndola y pensando en por qué nos cuesta tanto olvidar a alguien que por un motivo u otro ya no está en nuestra vida.
Es «traicionero el corazón», dicen, y es cierto. Eso y que tenemos facilidad para perseguir lo que no no hace realmente felices.

Nos enganchamos a la sensación que una persona nos produjo en su día, y en vez de pensar en que eso pasó y ya, queremos repetirlo. Como el drogadicto que busca vez tras vez  la sensación de placer y euforia y no acepta que le hablen de consecuencias.

El amor es una droga.
O más bien, el amor que la mayoría conocemos.
Porque creo que la mayoría llegamos a adultos con referentes erróneos de lo que es el amor. No hemos sido bien amados, no nos han enseñado a amar sino a obtener, a ganar, a competir,  a retener o a perder. Y con esos antecedentes imagino que el amor de verdad se nos antoja imposible de entender. Y si lo logramos,  se nos antoja imposible de sentir y/o de recibir.

«Te necesito», «no puedo vivir sin ti», «sin ti me muero»... así creemos que demostramos cuánto amamos o nos aman, cuando la verdad es que  el amor de verdad es altruista y cuando se vive desde la necesidad estamos centrándonos en el Yo, y no el Tú.
Si te necesito a mi lado, estoy pensando en lo que obtengo cuando estás conmigo, en gratificar ese deseo, Mi deseo,  que no es otra cosa que resarcir a nuestro ego que viene herido desde hace mucho. Casi siempre desde el mismo comienzo.

Si lo pienso creo que nunca he amado entonces de verdad, como la inmensa mayoría, solo sé amar desde ese lugar. O me he dejado amar o he enfermado de amor. Ambas caras de la misma moneda.
No sé si algún día lograré hacerlo de otro modo, si podré quererme a mi misma lo suficiente para estar completa yo y no pretender que sea el otro quien me dé lo que me falta.

Quizás tendríamos que enseñar a nuestro hijos que amar es dar con generosidad sin perderse. Y que lo primero es quererse uno mismo y no aceptar nunca faltas de respeto, ni en nombre del amor ni en ningún nombre.
Si a las primeras señales de que algo no es como creemos, o como merecemos, dijéramos tranquilamente: «gracias pero esto no nos va a hacer más felices, adiós» igual no iríamos acumulando obsesiones, y decepciones y fracasos y dolor.
Quizás si aprendiéramos a amar dejando el ego a un lado, no viviéndolo como una batalla o una conquista, como un triunfo o un trofeo, igual es que habríamos madurado y estaríamos más cerca de conseguir algo más parecido al amor que lo que conocemos.

«Olvídame tú que yo no puedo»
keep-calm-and-love-yourself-488Puede parecer triste y desesperado, pero cuando el otro nos olvida, cuando es capaz de sacarnos de su vida por completo, y nosotros lloramos y nos rebelamos y nos parece imposible de aguantar esa sensación de fracaso, vacío, decepción, tristeza y rabia a partes iguales… cuando eso pasa, en el fondo nos hace un favor.
SI no puedes olvidar tú, agradece que lo haya hecho él. Te lo pone fácil. Al menos no juega contigo a perpetuar la angustia.

Además olvidar a alguien es la mayor muestra de «no amor» que hay, y ese es el mayor impulso para olvidar tú. Quien no te ama, no te merece.
Al final el dicho «Ama a tu prójimo como a ti mismo» encierra un a lección valiosísima:

No puedes querer a alguien si no te quieres primero tú.

©NohemiHervada

Año nuevo, vida nueva, rutinas nuevas

Empieza septiembre y para muchos empieza en cierto sentido una etapa, un año escolar o laboral.
Nosotros que somos algo «diferentes» también empezamos etapa nueva.
Este año me he propuesto incluir en mis actividades con mis hijos lago de actividad física (que falta me hace :-P). Pensé en comprarme unos patines  y aprender de una vez a patinar, pero una vez en la tienda y siendo realista… aprender a patinar con una niña de 3 años a cuestas…como que imposible… así que sobre la marcha me decidí por las bicis.
Compré una bici para mi hijo, otra para mi y una silla para la niña:

©NohemiHervadaY esta mañana hemos salido a estrenarla.
No montaba en bici desde los 10 años…
(Un par de sesiones de spinning no cuentan creo…)

Y entre que es una bici con marchas y que llevaba una niña de 3 años detrás me he visto algo más torpe de lo que recordaba…
Pero los niños lo han pasado genial, hemos hecho un par de recados sin coger coche, así que ¡bien por nosotros!
Ahora a instaurarlo de rutina familiar al menos los fines de semana. A ver si consigo coger algo de forma física, porque he llegado cansada y con las piernas temblando XD
©NohemiHervadaPero ha merecido la pena.
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