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Dos años, dos.
El principio del fin que ya veía.
Tu distancia de mí en la misma cama
Tu tristeza y tu dolor  en mi compañía
Dos años, dos.
Intentando resolver todas tus dudas
Preguntándome por qué  me reclamabas
Y al estar contigo me rehuías

Ahora sé lo que entonces intuía
Que después sólo hubo parches
Que me usaste de muleta sólo para levantarte

Tendría que haberte dejado ese mismo día
Cogí un tren, es verdad, un tren que volvía
Confundí el cariño con amor
EL miedo a  la soledad con el querer
La entrega con el placer
Y ahora lo sé
Tú no me querías.
No sé si me quisiste alguna vez
O si mentías

Tantas cartas, tantas frases, las canciones…
LAs promesas, planear las vacaciones…
Un concierto, un disfraz, esos tacones…

Cuando creo que soñé
porque tu olvido me lo impone
sé que todo lo viví
que fue real, que lo vivimos
Aunque ahora ya no importe.
Aunque ya no quede nada entre nosotros
Aunque tenga yo razón cuando te dije:
«No me mientas, es el fin
Sé que ya no te tendré ni como amigo»

Duele el alma
duele el ego
duele el cuerpo
Duele que me hicieras tanto daño
Duele la mentira  gratuita
Duele en lo que tú me has convertido
Duele cuando sé que ya no siento
Duele porque espanto a quien me quiere
Duele porque a veces sin quererlo
se me escapa tu nombre y tu recuerdo
Duele no olvidarte
Duele que te llore tanto tiempo
Duele imaginar que me olvidaste
Duele la vergüenza y la impotencia
Duele darles la razón
Duele  el tiempo malgastado
Duele recordarte en cada estrofa
Duele el alma
Duele el ego
Duele el cuerpo

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