Pocos momentos del día disfruto tanto como el primer café de la mañana cuando puedo tomármelo tranquilamente sentada, frente al ordenador …
Si es un día que mis hijos están de buen humor y se entretienen un rato sin mi, ya es el paraíso.
No sé en vuestras familias, pero en la mía, empezando por la casa de mi abuela y luego la de mi madre, el café con leche era como para otras sociedades el té.
Era una excusa para juntarse en la cocina ( adoro las cocinas grandes que invitan al comadreo). LA cafetera prácticamente encendida todo el día. Y una cocina llena de mujeres hablando con su café con leche en la mano.
Mi abuela, tías y mi madre lo tomaban en vaso. Siempre en vaso de cristal. Decía mi madre que beber el café en plástico «era una guarrería»… que no sabía igual… y tenía razón.
Yo desde hace muchos años me pasé a la taza de cerámica. Me gusta coleccionar amigos que me regalan tazas (como diría Antonio Gala) . Tazas de sus viajes que son pedacitos de algún sitio y sobre todo, prueba de que se acordaron de mí.
POr cierto… un inciso: es muy buena idea que coleccionéis algo pequeño y barato… a los amigos les quitáis una responsabilidad de estar eligiendo chorradas y souvenirs que regalaros. Hay muchas opciones: posavasos, servilletas, llaveros, postales… Porque hay algo peor que recibir un regalo que no signifique nada: darse cuenta de que has hecho un regalo que no significa nada y acabará en la basura o con suerte en el olvido de cualquier cajón.
Volviendo a mis tazas para el café. LAs uso. Todas. Y no siempre, pero a veces al escoger la taza pienso en quién me la regaló. Así uno a mi placer diario del café, el recuerdo grato de alguien especial.
Hubo algunas que se rompieron… recuerdo la primera que tuve del musical «El Fantasma de la Ópera » ( tengo debilidad por ese musical, ya lo sabéis). Una taza negra en la que al llenarse de líquido caliente aparecía la máscara blanca. Me encantaba. ME la regaló mi entonces marido, en nuestro viaje a Londres. En una segunda luna de miel.
Tuve luego otra comprada cuando repetí y fuimos a verla a Madrid… se rompió también… También es que la usaba mucho… ¿¿Premonitorio?? Sería algo así como lo que cantaba la Jurado » se nos rompió… de tanto usarlo…»
Claro que puestos a romper… mejor siempre de usarlo que de no hacerlo… y no hablo solo de tazas.
Pero vuelvo al café… que hay que ver cómo divago…
Lo tomo largo, lleno la taza. Con poca leche ( ahora con crema de leche) y sin azúcar. Me gusta notar su sabor a café. Y lo tomo muy caliente. Soy de bebidas frías o calientes… me pasa como con las personas… no me gustan tibias.
Hoy empecé mi café muy caliente… y me apeteció compartir mi momento de placer con vosotros. En un día nuevo. En un día feliz. Porque he recuperado algo que creía perdido. Y pocas cosas hay que den tanto placer como reencontrar lo que se había perdido verdad?
Aunque ese es otro pequeño placer… del que os hablaré otro día…
♥Feliz café♥
PD: Y el tuyo… ¿Cuál es tu pequeño placer diario? ¿Me lo cuentas?