¿Habéis leído «La Vida es Sueño»?
Imagino que los clásicos, se llaman clásicos por algo.
A mí me fascinó. Debía tener unos 14 o 15 años cuando lo leí y aún recuerdo la sensación al meterme en la vida de Segismundo.
Esa sensación de que tu vida no es tuya, que no la manejas tú, que algo se te escapa.
Segismundo era ignorante de muchas cosas, de casi todo en realidad.
Yo, a veces tengo esa sensación de que lo que estoy viviendo no es real.
Imagino que es como un mecanismo de defensa. No alcanzo a entender por qué pasan ciertas cosas y pensar que es un sueño del que despertaré lo hace más llevadero.
Y en el sueño, sueño. Y sueño contigo.
Sueño que estamos juntos, que viajamos. Anoche soñé que perdía un avión. Últimamente siempre sueño que pierdo aviones y trenes. Imagino que vivo con la sensación de que tengo demasiadas cosas para hacer y mi subconsciente me lo recuerda.
EN mi sueño daba igual. Soñaba contigo.
Y despierto. Y tardo unos segundos en recordar la realidad. No estás. No conmigo.
Te despertarás con otros abrazos, con otros besos. Otros cafés… o no, me da que debe ser más de té y zumos de frutas.
Yo es que no me cuido tanto como debería. Adoro el café. Adoro pasar una tarde viendo una peli abrazada en el sofá. Adoro perder el tiempo … adoraba perderlo contigo. Que para mi era de todo menos perderlo. Adoraba charlar hasta las 3 de la mañana. Y el mensaje de : «ya en casa», 2 minutos después.
Adoraba un sueño.
Y ahora que despierta sé que ya no existe todo eso, mi mente se empeña en mantenerlo en los sueños. Y me acuesto rezando a ese dios que ya no me escucha, que te arranque de mí.
Pero mi alma te busca en los sueños, y te encuentra. Le va mejor que a mi.
Porque yo te buscaba y tú decidiste irte.
Mi yo consciente ya decidió no soñar más. Ahora estamos intentando convencer a la otra, la de la fantasía, la que cree en los cuentos de hadas con final feliz , la que se creyó eso de que el amor todo lo puede, la que creyó que querías ser el último en todo, la que creyó que te hacía volar, la que creyó que era solo yo.
A ese le costará algo más. Porque por el día le controlo, pero la noche… la noche, es de lo sueños y de los amantes. Y mis sueños sueñan con mi amante. Mi amante que no es mío. Mi amante que ya no me ama. Mi amante que ya no está en mi sueños del día.
He sido tu amante porque he amado activamente. Tú dices que fui tu amada porque alguna vez fue verdad que me amaste.
Habrá que buscar un término que me defina ahora. Porque estoy en el limbo de los amores. Soy pero no soy… tranquilos… esto sólo un tiempo. Hasta que deje de soñar contigo. Hasta que tú en tus sueños invites a quien no soy yo.
Hasta que por las mañanas ya no piense: «ten cuidado».
Hasta que mi calle sea solo mi calle.
Hasta que todas esas cosas que alimentan mis sueños de la noche ya no lo hagan.
Hasta que un día cuando te vea y te mire, ya no duela nada.
Hasta que el tiempo… ese que a veces no corre… vuele hacia adelante.
Al futuro ese que nos separó. Que no fue sino una excusa para tapar la realidad. LA realidad es que no estoy. La realidad sólo la vivía yo. Y al final el sueño se esfumó.
No sé por qué me asombro… si tú mismo me lo escribiste:
«… no serías tú, sino algo que construyó mi sueño»
Ojalá esta noche mi sueño no sea dulce.
Ojalá esta noche no me sienta amada, ni amante.
Ojalá esta noche, mis sueños, sean como los tuyos: algo que un día construyes, y que decides olvidar.
Ojalá esta noche mi sueño sea como mi realidad: que tú no estás.