» ¿SÁCARME PARTIDO? Si yo era de las que ni miraba los escaparates por no verme reflejada.
Llevo unas semanas queriendo escribir sobre el Taller “Sácate Partido” que imparte Nohemi Hervada, con excusas como: tengo que pensarlo bien, ahora no tengo tiempo, luego me siento y en un rato lo hago… pero en el fondo, llevo unas semanas acordándome de Noe y sus enseñanzas a cada rato y lo que es mejor, poniéndolas en práctica con los pequeños grandes gestos del día a día- un ponte rímel nena que tú lo vales – y solo me cabe decir GRACIAS, infinitas gracias por tocar el interruptor que ha hecho saltar el resorte para re-descubrir que con poco que haga por estar mejor… gano en confianza y seguridad, esa que hace tiempo – mucho tiempo – tenía dormida, escondida y apartada. Ahora me gusto y me acepto y sobre todo me quiero y son esos pequeñas-grandes detalles que hacen la diferencia… ponte brillo y saca tu mejor sonrisa. Agradecida y feliz.
Hace años que no me veo… mi físico no acompaña a la idea que mi cabeza y mi mente tienen de mí. La edad, los kilos y supongo que la simbiosis de ambas se tradujo en no me quiero ni ver… La vida, el corre corre, el trabajar en casa… y poco tiempo libre… se van uniendo a dejarte llevar, llegando a un punto en el que la imagen que veía no me gustaba, no me reconocía y por lo tanto evitaba. Hoy después de varias semanas… ya un mes de buenas prácticas y maneras ! he tenido un recaída… si sí… me han dado las 12 y las prisas, el que no llego, tiene que estar antes de las X para que llegue a tiempo… me olvidé de mí. Y cuando me he visto en el espejo, he vuelto a ver a aquella que no me gustaba… y ufff rápidamente me he re-compuesto me he acorado de Noe y sus tips de “belleza“ y me he dicho, de hoy no pasa… me arreglo un poco, me siento y lo pongo por escrito…
GRACIAS, infinitas gracias por tocar el interruptor que me ha hecho saltar y ganar en confianza y seguridad. Altamente recomendable, por hacernos pensar, por lo bien enfocado y dirigido, por compartir con otras mujeres casi los mismas manías, rarezas… y sobre todo por no frivolizar sobre la belleza y los estereotipos que nos venden… porque está claro que todos TODOS, necesitamos de la belleza como del amor y eso me hace pensar lo importante que es no solo estar bien por y para los demás pero sobre todo por y para nosotras mismas. Si tienes la oportunidad… no la dejes escapar… VALE MERECIDAMENTE LA PENA…y esto me lleva a pensar en otro de sus post – El verdadero valor de las cosas – venía a resumir algo así como, invertir en ti, es la mejor inversión. SÁCATE PARTIDO… yo ya lo hago.»
«Recientemente he participado en el taller online de Nohemí de «Sácate partido» y fue una experiencia muy positiva que me ayudó a quitarme la pereza, a ocuparme más de mi misma y a eliminar prejuicios sobre la belleza, armonía y feminidad. Antes de tener a mi hijo Samael, hace ya 7 años, era ejecutiva y tenía un amplio armario, cosméticos y complementos. Después cambié voluntariamente de vida, de talla -involuntariamente- y de filosofía de vida y crianza, y cuidarme yo y mi imagen quedaron relegados en el sótano. Nohemí me ha hecho recordar que feminidad, practicidad, «progresismo» y autoestima van de la mano, que nos han mentido mucho en estos aspectos y que con poco tiempo dedicado a vernos mejor nosotras podemos ganar mucho. Además, hice el curso con unas amigas de otras provincias y fue un viernes por la noche estupendo, con una copa de champagne hubiese sido la leche Gracias Nohemí por sacar a la Miss XL y alternativa que llevo dentro
«Hace algunas semanas participé en el curso «Sácate partido» de Nohemi Hervada. Debo recomendarlo porque es divertido, útil y una buena manera de pasar el rato. Lo recomiendo para que recordemos que nuestro aspecto es más que una cuestión estética, es también una forma de comunicación. Nohemi sabe guiar el curso con soltura, profesionalidad y mucho sentido del humor. Es una buenísima manera de pasar un rato entre amigas.»
» Con este taller he dedicado un tiempo a mi cuerpo, a mi físico, algo relegado al último rincón de mi vida estos últimos 7 años. Nohemí me ha recordado que lo primero que ve de mí la gente que me rodea es mi cuerpo y que si quiero dar una buena impresión de la María de dentro tengo que reflejarla en la María de fuera, cuidándola y mimándola para que ofrezca el aspecto saludable y hermoso que puede reflejar cuando la mimas.»
» (…) El taller de Nohemí me ha llevado a la conclusión de que arreglarse para resaltar lo mejor que cada uno tenemos no es una frivolidad, sino casi una necesidad. Porque todos necesitamos belleza, igual que necesitamos bondad. No el concepto de belleza estereotipada que nos venden en los medios, pero sí belleza. Armonía. Eso pasa por una buena salud, y un buen aspecto. Podemos ser muy buenas personas, pero lo que otros perciben de nosotros a través de la imagen es mucho y muy importante también. Y lo que percibimos nosotros acerca de nosotros mismos! Qué importante para quienes trabajan o pasamos mucho tiempo en casa, quitarse el pijama, y tener aunque sea un mini ritual de cuidado…
Otra de las razones por la que en los últimos tiempos he renegado aún más de la cosmética es porque no soporto echarme potingues con montones de tóxicos. Uso pastilla lo más ecológica y artesana posible, e igual con el champú, el dentífrico, el desodorante… mi excusa para no echarme cremas era no ponerme mierdas, pero eso, era una excusa, porque hoy existen buenas alternativas limpias y respetuosas con el cuerpo. Así que he hecho una pequeña primera inversión y he comenzado por lo más difícil para mí: el hábito cuando sólo tenía un maravilloso cacao de labios hecho por una amiga, empecé a dármelo cada noche, antes de acostarme. Cuando tuve mi nueva hidratante, también. Y así, poco a poco, espero ir poniendo en práctica los consejos que saqué del taller.
Y comprendí que este cuidado no es sexista, ni exclusivo de las mujeres. Querer destacar lo mejor de uno mismo no tiene sexo. Comprendí que el cuidado, y el mimo para con una misma no tienen que ver con la obsesión ni por la moda, ni por la delgadez, ni por la estética, que es lo que verdaderamente tiraniza a las mujeres y las vacía de contenido.
Y desde aquí, finalmente, quiero volver a agradecerte Nohe que me animaras a participar, porque esta reflexión me hacía mucha falta ”
Que nos pasamos la vida jugando el rol que nos marcan es algo que ya casi nadie discute. En este post de mi otro blog hablaba sobre ello, aunque lo enfocaba al rol de padres. No etiquetar, dejarles libertad para desarrollar todas sus facetas y que sean ellos mismos los que decidan cuál o cuáles potenciar.
Hoy hablo de los adultos, de nosotros los que ya hemos crecido asumiendo un papel.
Muchos nunca tomarán conciencia de ello y seguirán como siempre, cumpliendo las expectativas marcadas desde fuera. O peor aún no cumpliéndolas y sintiéndose perpetuamente fracasados.
Otros, muchas veces tras una crisis, se pararán, pensarán y se darán cuenta de la realidad.
Ser «la lista», «la guapa», «el mayor», «el consentido» nos ha acompañado toda nuestra vida… pero ¿somos eso realmente? O mejor aún: ¿queremos ser solo eso?.
He comentado ya que el taller «Sácate Partido» surgió de las reflexiones para un post «Más que guapas» y de mis propias experiencias .
Yo he sido, no una niña «lista», sino «LA lista» y sé lo que implica ese cliché. Además soy «la mayor» «la responsable»… con todo lo que eso condiciona a una niña que se pasa la vida oyendo eso de:
«cede tú que eres la mayor» o «tienes que dar ejemplo».
Claro que mis hermanos y primos no lo tenían fácil…. ir detrás de la que saca 10 en todo…
El caso es que no era especialmente mona, tampoco era fea, era «normalita». La guapa era mi prima que era rubia y luego, mi hermana que era un bollito de esos comestibles… (mi hija se le parece mucho ♥-♥).
Así que entre enseñarle a las visitas lo bien que leía el periódico con 4 años y dar ejemplo a mis primas, ya me gané mi papel en el teatro familiar´:
«Nohemí es muy lista y muy responsable»
Y cuando ese es tu papel, el de guapa es para otra…. y tú pues vas creciendo con esa escala de valores: ser lista es mejor que ser guapa.
Como si alguna de esas dos características fuera a asegurarte la felicidad, cuando no es así.
Con estos antecedentes, más una adolescencia difícil y una mochila familiar de descontento con lo femenino… os podéis imaginar.
Por primera vez tengo conciencia de que mi cuerpo, y mi imagen son algo más que el envoltorio de mi cerebro. Que soy mucho más que una niña lista o guapa o responsable o cualquier otra etiqueta que los demás vean en mi… que soy todo eso y mucho más.
Y de lo que he aprendido y experimentado en todo el proceso de forma personal y de lo que he visto en las mujeres que me han rodeado desde que tengo conciencia y de los recursos y herramientas que he ido encontrando e incorporando a mi vida es con lo que me lancé a montar los talleres «Sácate Partido».
Sé lo que piensa mucha gente de él, lo que inspira el nombre, lo que creen que hago y digo . Porque yo cuento muy poco del taller y eso siempre da lugar a suposiciones y especulaciones.
Prefiero que lleguéis un poco «vírgenes» o que leáis los testimonios de las que han aisistido para que os hagáis una idea, o que leáis post como el que ha escrito Carolina en su blog y que os copio:
«Aprendiendo a ‘Sacarme Partido’ 🙂
He decidido volver a mi pobre y abandonadito blog con una experiencia reciente que he tenido. Que además viene al pelo con la fecha de mañana, 8 de marzo.
Es una pequeña reflexión sobre la mujer y la belleza. Espero que no la típica.
Mi amiga Nohemí Hervada dirige unos talleres, presenciales y online. Uno de ellos, el Sácate Partido, siempre había llamado mi atención. Pero como desde la negación, porque si hay algo en lo que creo que yo soy experta es, precisamente, en no sacarme partido de forma alguna J Yo reposteaba la info en facebook segura de que, dirigiéndolo Nohe, sería un buen taller y podría haber muchas interesadas entre mis amigas. A mi misma me daba curiosidad, pero como yo le expliqué a Nohe, no me animaba a participar por mi ‘natural’ desaliento. Ese ‘pa qué’. ‘Pa qué, si no me va a valer para nada, si es que yo me conozco y luego no voy a aplicarme el cuento’. Ella me animó a participar y finalmente lo hice. Vaya que si lo disfruté.
Me gustó mucho la información y los tips, la organización del taller, cómo se explica ella… y el resultado más valioso para mí, en primer lugar, hacerme pensar.
Yo soy de esas mujeres que piensan que la belleza está fundamentalmente en el interior. De hombres y de mujeres. Y que, particularmente en las mujeres, la belleza es una suerte de excusa para el sometimiento. Nos llenan la cabeza con la tontería de ‘ser’ y ‘estar guapas’ desde la cuna. Es una condición para gustar. No para gustarse (en primera opción) sino para gustar a otra persona. Y desde esa creencia, la de que la belleza está en el interior, la belleza de lo exterior siempre me ha parecido superfluo y una frivolidad.
Creo que en esto siempre ha influido mucho el que yo nunca me he sentido guapa. En los papeles que nos toca vivir en esta vida, a mí me tocó el de ‘niña lista’. Y ahí era donde sentía que tenía que destacar. Ni era guapa, ni iba a serlo, así que ¿para qué perder tiempo fingiendo que podía pretenderlo?
Luego vino la rebelión, y el encabronamiento. Si para gustar había que ser una muñequita, pues mejor no gustarle a nadie. Lo que siempre he visto una injusticia es que el mundo de las mujeres gire alrededor de su belleza, de la que depende su aceptación y su atracción, y el de los hombres no. ¿Para qué tantos esfuerzos, si ellos no se tienen que esforzar en nada?
Así que me colgué la etiqueta de ‘poco presumida’ y ‘descuidada’. Soy la típica que sólo se pinta en las bodas y fiestas muy especiales (a veces ni eso), que no se pone jamás una crema, que casi nunca lleva tacones, que va a la peluquería una vez al año, con suerte, y que compra ropa en su mayoría funcional y la imprescindible. La que piensa que con ir limpia ya basta. Austera y espartana J porque lo que importa, va por dentro.
Bien. Pues el taller de Nohe me ha servido para tirar de un hilo. Porque aunque yo estuviera conforme con mi forma de ser (claro!), algo no acababa de cuadrarme. Porque aunque eso fuera lo que yo opinaba, a veces, me pillo mirándome furtivamente en el espejo y diciéndome ‘Ya te vale’. En los últimos tiempos, desde el nacimiento de mi hijo, he venido sufriendo un cambio significativo. Un trabajo de aceptación de mi misma, de mi persona, de mi imagen. Una especie de reconciliación. En un momento de mi vida en el que, aparentemente, no necesito hacer ‘nada’ para gustar, porque ya conseguí gustarle a alguien lo suficiente, descubrí que lo que necesitaba por fin era gustarme a mí misma. Lo que no había hecho nunca, vamos.
Hace algunos meses, a raíz de una lectura que me gustó muchísimo, “Las chicas buenas no toman postre”, y el emotivo artículo de ‘Mamá entra en la foto’, me dije un gran ‘ya basta’. Ya basta de no quererme, ya basta de no gustarme, ya basta de exigirme ser quien no soy. Ya basta. He ido haciendo pequeñas compras, intentando hacerme con prendas de colores y motivos alegres, y salir por fin del permanente ‘luto de las gordas’. Me he cansado de ser invisible.
Pero claro, es un gran cambio, y los grandes cambios no se dan de un día para otro. Había avanzado con la aceptación, con el cambio de color (o sea, del no color al color)… pero seguía arrastrando el pesado lastre de ‘yo es que no me arreglo’.
El taller de Nohemí me ha llevado a la conclusión de que arreglarse para resaltar lo mejor que cada uno tenemos no es una frivolidad, sino casi una necesidad. Porque todos necesitamos belleza, igual que necesitamos bondad. No el concepto de belleza estereotipada que nos venden en los medios, pero sí belleza. Armonía. Eso pasa por una buena salud, y un buen aspecto. Podemos ser muy buenas personas, pero lo que otros perciben de nosotros a través de la imagen es mucho y muy importante también. Y lo que percibimos nosotros acerca de nosotros mismos! Qué importante para quienes trabajan o pasamos mucho tiempo en casa, quitarse el pijama, y tener aunque sea un mini ritual de cuidado… J
Otra de las razones por la que en los últimos tiempos he renegado aún más de la cosmética es porque no soporto echarme potingues con montones de tóxicos. Uso pastilla lo más ecológica y artesana posible, e igual con el champú, el dentífrico, el desodorante… mi excusa para no echarme cremas era no ponerme mierdas, pero eso, era una excusa, porque hoy existen buenas alternativas limpias y respetuosas con el cuerpo. Así que he hecho una pequeña primera inversión y he comenzado por lo más difícil para mí: el hábito J cuando sólo tenía un maravilloso cacao de labios hecho por una amiga, empecé a dármelo cada noche, antes de acostarme. Cuando tuve mi nueva hidratante, también. Y así, poco a poco, espero ir poniendo en práctica los consejos que saqué del taller.
Y comprendí que este cuidado no es sexista, ni exclusivo de las mujeres. Querer destacar lo mejor de uno mismo no tiene sexo. Comprendí que el cuidado, y el mimo para con una misma no tienen que ver con la obsesión ni por la moda, ni por la delgadez, ni por la estética, que es lo que verdaderamente tiraniza a las mujeres y las vacía de contenido.
Y desde aquí, finalmente, quiero volver a agradecerte Nohe que me animaras a participar, porque esta reflexión me hacía mucha falta ;)»
Esta entrada va dedicada a la persona que me ha descubierto este grupo.
Para recordarle a él y a todos los demás, que cuando queremos algo, tenemos que trabajar para que pase.
Es el antiguo refrán de : » A Dios rogando y con el mazo dando». O lo que es lo mismo, que aunque no controlamos todo, sí somos responsables o podemos serlo de una gran parte de lo que nos pasa.
En el taller de «Empodérate» lo enfocaríamos como:
«si quieres algo pídelo»
y en el de «Sácate Partido» como:
«Da el primer paso para conseguir lo que deseas. No te pares porque la meta sea alta… sube los peldaños de uno en uno»
Y ponte esta canción y canta en voz alta:
«Hoy será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida.»
«Hoy será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque…
Hoy le he ganado la batalla a la montaña de la ropa sucia, hoy, hoy, ninguna tarea me asusta, ningún encargo me disgusta, porque… hoy he vuelto a por mi tiempo, hoy me quedo a vivir en mi cuerpo, solo espero estar en lo cierto y que todo esto no se quede en el intento.
Hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida.
Porque…
Hoy le he ganado la batalla a la inconsciencia, a la ignorancia, a la desidia, a la impotencia, a la vergüenza de que no terminas porque nunca empiezas, y hasta la fecha no lo he podido nunca asegurar, pero cuando tu quieras te lo demuestro, que ya todo ha empezado a mejorar.
To’ lo que tenía que dejar, hoy lo voy a dejar para siempre. Voy a recuperar la costumbre de considerar los consejos de la gente y levantar bien alta la frente, hoy voy a terminar lo que tenía pendiente, solo es cuestión de echarle huevos, tampoco es nada nuevo, pero hoy me siento fuerte.
Hoy puedo, hoy el premio me lo llevo, hoy me sobra la energía, es el punto de partida.
Porque… Hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque… Hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque… Hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Repite conmigo: Lo tengo claro (lo tengo claro), lo pasado pasado (lo pasado pasado), el futuro ha llegado (el futuro ha llegado), lo tengo claro (lo tengo claro), hoy es mi primer día (hoy es mi primer día), del resto de mi vida (del resto de mi vida), me sobra la energía (me sobra la energía), lo tengo claro porque. No, no, no, nada se mueve si no lo empujo yo. Porque no, no, no me puedo esperar ni un día mas. Hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque… Hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque… Hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida. Porque hoy será, será, será, será mi primer día y mañana también y el resto de mi vida»
El castellano, tan rico en matices, hace que una misma palabra o expresion signifique, dependiendo del contexto, cosas muy diferentes.
Entre las madres, usar la expresión «loba» no es extraño. Asociamos «sacar la loba que llevamos dentro», al instinto de protección que nos caracteriza en esa etapa. Esa fuerza que nos hace ser tiernas con nuestras crías pero agresivas ante quien sea, o consideremos que puede ser, una amenaza.
Muchas de nosotras podríamos contar cómo nos cambió el carácter con determinadas personas, tras tener a nuestros hijos. Como si un instinto totalmente animal nos poseyera.
YO recuerdo perfectamente esa sensación.
No soportaba que ciertas personas tocaran a mi hijo, me salía de «las tripas» el apartarle de ellas… más o menos como vemos hacer a la mayoría de las hembras mamíferas, especialmente las felinas.
Fuera de ahí, la expresión «loba» aplicada a las mujeres suele ser más peyorativa, cosa nada extraña en nuestro lenguaje machista, acostumbradas a que «zorra» o «lagarta» sean insultos. (más…)
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