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Como cantaba David Summers, soy de las que «todas las canciones les recuerdan algo».
Ya lo puse ayer en el post del blog «serio», la música, las canciones tienen un gran poder pues conectan directamente con las emociones, y al final eso es lo que somos: nuestras emociones.

Somos nuestras emociones y lo que hacemos con ellas, cómo las gestionamos o no.

El día que comprendamos todos esta verdad igual empezamos a caminar en el sentido correcto.  Porque no «somos así», un patrón de conducta fijo, sino que dependiendo de nuestra emociones del momento y de cómo las gestionamos actuamos de forma diferente, siendo la misma persona. Y a veces somos cuerdos y a veces locos, a veces amables,a veces intransigentes, a veces nuestra mejor versión y otras… pues ya sabéis…

El caso es que ya he dicho muchas veces que las canciones de amor en general nos pintan una visión bastante tóxica del amor. Perpetuando lo de «muero sin ti», «eres mía» y cosas parecidas.
No es fácil encontrar una canción que describa el sentimiento de enamorarse  con el romanticismo que queremos pero sin caer en clichés digamos «complicados», aunque como las meigas, haberlas haylas.

Esta canción aparte de ser preciosa que lo es, me gusta mucho por lo que expresa:
Porque enamorarse sí tiene ese componente de pequeña locura («cabeza dando vueltas»,) de poner tu mundo del revés, de vértigo («estoy mareado, no sé qué me golpeó»)  o de parecer que estás en un medio peligroso y desconocido («cabeza bajo el agua «) pero donde a pesar de todo  te encuentras feliz.
Me gusta cómo expresa esa sensación de shock en positivo. Porque creo que esa es la clave: te hace sentir bien.
ME gusta que se alabe la inteligencia, una mente maravillosa, la magia, el misterio, incluso la «locura».
Me encanta que se alaben las curvas , todas, incluidas esas de más, y los bordes, aunque estén más allá de los cánones, y las perfectas imperfecciones.

ME encanta que  se vea la belleza incluso en el llanto.  Porque reír es fácil, pero una no llora con cualquiera, y si quien te ama te ve bella hasta llorando, es decir, hasta con tus motivos para llorar, eso es precioso. Y es reconfortante saber que te sostendrán aunque el mundo te derrote.  Creo que eso es amor. Esa idea de incondicionalidad, de que pase lo que pase, no estás sola.
Me gusta cuando dice que es su perdición y su musa. Porque cuando amamos tenemos esa doble sensación de sentirnos inspirados, impulsados hacia adelante y a la vez con ganas de dejarlo todo, que nada es tan importante, que esa distracción merece la pena.

Y me encanta el título: Todo de mi ama todo de ti.
Si queremos a alguien queremos el pack completo.
Por supuesto se limarán cosas, eso también es amar, estar dispuesto a ceder en ciertas cosas para el bienestar de quien amas y que él haga lo propio, o sea, favorecer la convivencia. Pero básicamente amar es conocer TODO lo que esa persona es, y amarlo. No hay que amar lo que no nos gusta, es evidente, pero entender que eso también es parte de lo que sí nos gusta.

Si yo dejo de ser vanidosa y cabezota, no soy yo. Si me quieres y me quieres recatada, discreta y sumisa, no me quieres a mí.

Y si quieres de ese modo,   «incluso si pierdes, ganas». Porque por fin dejas de querer un ideal, una ilusión de lo que esa persona es y quieres  la realidad de lo que esa persona es.
Entiendes que se ha mostrado de verdad, con «sus cartas sobre la mesa» y en vez de enfadarte porque no te gustan, aceptas que  desde esa sinceridad, desde ese «arriesgar todo» se puede llegar a un buen puerto.

Y ahora… os dejo disfrutar con la canción… disfrutad la melodía, la voz… y no penséis demasiado en ello… eso ya lo hago yo. <3

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