Seleccionar página
Mi amiga Aria

Mi amiga Aria

Tengo una amiga muy lista
que conoce mil secretos
pero ignora lo esencial

Tengo una amiga que cree
que es una chica «normal»
y es que ella aún no sabe,que por ella
cada día brillan estrellas

Tengo una amiga preciosa
que ilumina el mundo si sonríe
E incendia bosques cuando ríe

Tengo una amiga aburrida
De su casa de muñecas
Que está empezando a pensar
que no mola ser princesa

Tengo una amiga abandonada
a pesar de estar «muy bien» acompañada

Tengo una amiga que es un volcán
Ardiendo por dento
Con ganas de explotar

Tengo una amiga que quiere volar
soltarse el pelo, flirtear

Tengo una amiga que corre en el bosque
para agotar el deseo  no satisfecho  por su hombre

Tengo una amiga que palpita
Que vibra y  se estremece
Que grita al viento que está viva
y a la que  solo el eco responde

Tengo  una amiga madura
que se siente adolescente

Tengo una amiga que es pasión
rodeada de razón

Tengo una amiga señores,
que florece sin flores
Cuyo cuerpo le recuerda
que hay un tacto que anhela.

Tengo una amiga que la miro y me recuerda
a otra amiga antes que ella.

Y cuando veo a Aria solo pienso:
La piel demanda
y la piel manda
O le das lo que te pide
O lo busca y  te reclama.

Somos cuerpo, somos piel,
Deseo, amor, ilusión
Somos pasión.
Si lo niegas, si lo tapas
ya estás muerta y enterrada

Olvidar o Recordar

Olvidar o Recordar

Aunque no lo creas
Mentiría si te dijera que
Oír tu voz no me hacía feliz
Reír contigo de todo y de nada
Y que por las noches al acostarme
Odiaba el sueño porque nos separaba
Dónde quedó toda aquella complicidad
Ilusiones, planes, esperanzas, cariño, amor… todo eso en
Odio se convirtió

Odio que nos consume
Destapando lo peor de cada uno
Incitando al rencor
Oyendo solo lo que queremos oír
Yendo en contra de lo que en realidad queremos ser
Alimentando la tristeza porque en
Mayor o menor medida, un día,
Oírnos era sinónimo de alegría.
Recordar u olvidar…..

De distancias y olvidos

De distancias y olvidos

Es curioso pero…

Dicen que «la distancia es el olvido», y yo creo que más bien el olvido es la distancia.
Las distancias físicas, esas que se miden en kilómetros, son salvables. Siempre son salvables. Pero las distancias que crea el olvido… esas, son brutalmente desterradoras.

He querido a gente que he tenido lejos casi desde que tengo memoria.
Anhelaba los momentos de reencuentro: el verano, las cartas de papel, llamadas de teléfono rezando para que hubiera alguien en casa..
He amado a pesar de las distancias, y alguna vez, también me amaron así.

Suplíamos el tacto, con el contacto…
-«Buenos días amor»
-«Te echo de menos»
-«Pienso en ti»
Y breves, o no tan breves, resúmenes de las pequeñas cosas diarias…
Mensajes  transeúntes de ese puente invisible que unía dos almas lejanas… de forma instantánea casi siempre.
Sentía el amor a pesar de la distancia. Lo vivía, era real.

Y he sentido el olvido de gente cercana.
Soledad rodeada de personas a las que oía respirar. Presencia sin esencia.
He hablado a quien me miraba a los ojos sintiendo que esas palabras no llegaban nunca a su destino… como si se perdieran en el espacio.
Esa sí es la distancia que separa. La que mata el amor, la que te hace resignarte a vivir rodeada de un foso imaginario que te aísla por muy acompañada que creas estar.

Me olvidaron.
Y no fue por la distancia, porque con esa misma distancia me amaron.
Me olvidaron porque decidieron dejar de hacerlo o porque no lo pudieron evitar.
Y yo olvidé
Y yo aún recuerdo.
Da igual a qué distancia están las personas de mi vida, quiero a gente que nunca he visto, me ilusiona oír una voz a la que no le pongo cuerpo, que atraviesa un gran espacio físico y que sin embargo siento cercana…

Así que no… la distancia no es el olvido… a no ser que tú quieras.
Yo estoy aquí… realmente da igual si lejos o cerca… cuando me hablas te escucho, a veces hasta te siento… a pesar de todo.

Serenade from stars-Steve Miller Band & MClan

Hay canciones que me hacen entrar en trance.
No puedo describiros la sensación que me produce esta canción…

Y la versión que hizo M Clan, aunque es raro me gusta muchísimo también.

Seguro que porque hacen un guiño a las estrellas, a  una de mis películas favoritas  : Blade Runner y a todo ese género de pelis de ciencia ficción y naves en el espacio.

Quizás porque habla de tecnología, soledad y recuerdos de alguien que está dando vueltas en el espacio.

Y siento que me suena…

Yo quería ser rockera

Yo en realidad quería ser rockera.

Recuerdo  ser muy pequeña y  ponerme a cantar frente al espejo con lo que pillaba a modo de micro.
Creo que adoro contar historias, mías, de otros, de historias que oigo, que me cuentan, que invento.
Una vez me dijeron que tenía «alma de cantaora» y me encantó. Solo que en el fondo me va más el estilo del rock.
Echo de menos no tener una voz que me lo permita, así que por eso imagino que escribo.
Por eso y porque puedo contar las cosas que me pasan, o  imaginar que la historia acaba de otro modo. Porque cuando la realidad se antoja brutalmente aburrida, o cuando hablas y los demás entienden algo diferente a lo que tú querías expresar,  el papel siempre te da otra oportunidad. Siempre puedes borrar, o añadir o reconducir una historia.
No hay finales absolutos.
En la literatura ni la muerte es el fin. Se puede pactar con el diablo si es menester para vencer ese enemigo implacable.  Puedes creer en la reencarnación, «atravesar océanos de tiempo» para reencontrarte con alguien solo con imaginarlo.  Y hay quien cree que imaginar algo es el primer paso para realizarlo. O no.
pero mientras lo imaginas y lo plasmas, es en cierto modo vivido. Y del mismo modo que oír una historia nos puede trasladar a sentirla, escribirla nos hace directores de una orquesta mágica donde todos pueden ser y hacer lo que queramos. Las escritoras pueden ser sensibles, frágiles o fuertes y decididas, todo en la misma historia, en diferentes momentos. Los piratas pueden ser misteriosos o estúpidos arrogantes. Pueden ser ambas cosas a la vez, o ninguna. EL narrador puede contemplarlo todo desde fuera y contarlo fríamente o tomar partido. No hay reglas, todo vale. Imagínalo, escríbelo, compártelo.
Y el que lee lo leerá también como él quiera o sepa o esté preparado para leerlo.
Nadie lee de forma aséptica, como nade escribe de forma aséptica una historia. Tus palabras, tus giros, tus emociones parecidas a las de los protagonistas quedan ahí.
Y tú que  lees, pones tu propia historia en esa historia. Quizás sale de tu memoria algo parecido. O suspiras deseando llenar tu vida de esa vivencia que empieza siendo   la imagen de trazos en un papel, o lineas en una pantalla, que atraviesan barreras invisibles y crean imágenes en tu mente.
Ves lo que lees. Sientes lo que lees,
Yo a veces siento que siento demasiado y me es insoportable. Y escribo para sentirlo por última vez.
Y a veces, solo  a veces alivia. Un lapso de tiempo corto.
Mis palabras mías quieren volver. Y con ellas las emociones entrelazadas a las curvas y las tildes. Como unas cuentas de un collar. LA alegría, tristeza, amor, desamor, decepción, esperanza, deseo, rabia, ira, estupor, incluso el sentirse estúpida  y avergonzada… cuentas de emociones de cristal hiladas en un trazo que ya no escribo en el papel.
Y es que  yo… en realidad, yo quería ser rockera.
y cantar  que en vez de odiarte, te convertiste en mi error favorito. Que  no es igual y no es lo mismo.

 

Buscando endorfinas

Tengo yo amigas que saben mucho de hormonas y me cuentan cosas muy interesantes sobre las endorfinas.
Al parecer estas hormonas enganchan y mucho, y a veces hacemos cosas que no deberíamos porque es el único modo de sentir esa sensación de placer que provocan.
Hay personas que se enganchan al dolor, al riesgo, a amores tóxicos… vete tú a saber a qué se engancha cada uno.  Y vete tú a saber por qué y si él mismo lo sabe.
Yo, como todos, tengo mis propios enganches, y la verdad es que últimamente me dan bastante dolor de cabeza. Así que he decidido tirar por el camino que tira la mayoría: el deporte.
En esta foto estoy sonriente porque aún no había salido.

©NohemiHervada
ME gusta ir en bici, es una sensación agradable. He de decir que fui motera y me encanta la sensación de libertad y de sentir la velocidad tan de cerca. Pero claro, en la bici hay que currárselo. Y si encima llevas una niña de 3 años en una silla detrás, más mi propio peso y mi sobrepeso ( no mucho, vale, pero ahí está) … pues al final os aseguro que cuando hay un poco de cuesta me acuerdo de mi madre, del tío del Decathlon y de mi último enganche tóxico.
Porque al menos, ése, obviando todo lo demás, a ratos, era placentero.
EL caso es que he llegado muerta, me temblaban las piernas y me dolía hasta la cabeza.
Quien diga que el deporte es sano, hablaría del ajedrez seguramente 😛
En fin… que todo esto lo escribo por no contaros lo que de verdad me apetece contar… que el mundo está lleno de torpes, y que al parecer, han decidido todos presentarse en mi vida para que me documente y escriba un libro.
«Cómo sobrevivir a los torpes»
Pero eso es otra historia… aunque os aseguro que mucho más entretenida  que esta.
No sé si hoy he segregado  endorfinas con la bici.  Eso sí, seguro que más que con los últimos torpes de turno. Y encima quemo calorías… las del croissant del desayuno al menos.
O sea que mis 8 kilos de más se vienen conmigo de viaje esta próxima semana..
Sed felices, con endorfinas  o sin ellas.

Un universo paralelo

Un universo paralelo

¿Nunca habéis soñado con los universos paralelos?
No sé si conocéis la serie Fringe (solo por ver a Joshua Jackson merece la pena 🙂 ), pero en ella toda la trama se conjuga esta idea de un mundo paralelo con otra versión de nosotros mismos.
No estaría mal. Sobretodo si conoces a alguien que estás seguro  podría ser mucho más en tu vida, solo si las circunstancias fueran otras.
«Otras vidas», «otras posibilidades», «otros escenarios», «otras oportunidades»… al final la vida son elecciones, que nos alejan de unas opciones y nos llevan a otras.
A veces hay decisiones que nos atan y no empujan en una dirección única, aunque en el fondo queramos ir en la opuesta.
No sirve de mucho fantasear con ello, porque tampoco nadie nos garantiza que escoger el otro camino en la encrucijada nos vaya a hacer más felices.
LA felicidad está en el camino, no en la meta, dicen.
La cuestión es que a veces el camino ya se nos antoja insoportable,  pero nos da más miedo perder la insoportable comodidad que lanzarnos a explorar posibles felicidades  que nadie garantiza.
Como diría una amiga mía, nos la pasamos viviendo en el pasado o en el futuro… y no hay pasado ni futuro, solo hay presente.
Mi presente hoy quizás sea mejorable, pero es real. Decidí,  arriesgué, acepté el pago por ello, me responsabilizo de mis actos… No sé si mañana seré más feliz que hoy, sé que si no hubiera decidido en ese momento tomar el camino difícil  hoy no estaría aquí.
Quizás me habría ahorrado algún que otro sufrimiento, a mi y a otros… pero habría provocado otros seguramente mayores.
No sé si haya otra Nohemí , como las 2 Olivias, en ese mundo paralelo  viviendo una vida más feliz por haber tomado la otra decisión.

2 olivias-fringe
Pero a veces, solo a veces, no puedo evitar caer en el colmo de lo irreal que es vivir , ya no en el futuro que no es real, sino en el futuro irreal  alternativo.
Estoy muy mal de lo mío sí…
Y hoy, solo hoy me digo:

«In another life I would be your girl
We keep all our promises, be us against the world
And in another life, I would make you stay
So I don’t have to say you were the one that got away»

 

La escritora y el pirata-Fin

La escritora y el pirata-Fin

-¿Por qué escribes?
-Pues podría decirte que por hobbie o por trabajo… pero la verdad es que escribo por pura necesidad.
-¿Necesidad?
-No te pasa a veces que tienes una emoción muy intensa , tanto que te ahoga el pecho? Pues para mi escribir es mi forma de liberar mis emociones. No en el sentido de que las saque de mi y desaparezcan… sino que le pongo nombre, le doy forma, muchas veces la adorno y exagero, por supuesto. No todo lo que escribo me pasa (ojalá 😉 ), pero sí, el fondo está ahí. Y plasmarlo por escrito lo convierte en algo más tangible, más identificable, en real.
Es como un exorcismo.
-Imagino que te sientes como aliviada.
-Pues a veces no. A veces es duro. Es difícil, lloro. Porque escribir algunas cosas es como reconocérmelas a mi misma. Y somos tan expertos todos en el autoengaño, que hablarnos sin máscaras y sin excusas es cuanto menos, incómodo.
-Creí que escribir te liberaba, y me dices que a veces te incomoda?
-Sí. Como cuando ves a un amigo que hace algo que sabes que no le va bien, y dudas entre decírselo o no. Porque sabes que quizás el precio a pagar sea muy caro. Puede que el peaje sea la propia amistad.
Cuando escribo sobre lo que siento intento ser honesta y no engañarme. Y sinceramente no siempre estoy orgullosa de lo que leo.  Veo a la mujer estúpida, a la que ha rebajado sus propias normas, a la que ha sido desleal, a la que se derrumba aunque no lo parezca.
Cuando te desnudas por dentro, la visión del espejo no es fácil de resistir.
-Y aún así lo haces.
-Sí, me imagino que soy muy vanidosa. Aunque a veces quiero pensar que alguien me lee y llega a conocerme de verdad.
Quien soy de verdad y no quien quiere esa persona que yo  sea. No la imagen preconcebida  que se hace de mi.
Soy muchas cosas a la vez, y no solo soy una mujer fuerte y decidida. A veces sigo siendo una niña sola. Y sigo siendo la adolescente que se comía el mundo con sus ideales, y también la mujer que tenía unos principios tan estrictos que juzgaba con facilidad a quienes estaban por debajo de ellos. Y soy la que cree en la pareja y en la fidelidad como forma idónea de vivir. Y soy a la vez la que no quiere ataduras, la que solo quiere responsabilidades con los suyos, que no soporta que me coarten, y soy la que violó sus propios principios, y fue desleal. Y la que dice que no quiere complicarse la vida pero sigue buscando con quien complicársela.  La que dice que no quiere comprometerse, pero como diría mi amiga «Ana»: «nena tú sí quieres un novio».
-Suena…
-Sí, lo sé: esquizofrénico. Pero es que creo que o todos somos ambiguos en ciertas cosas, o si no, que somos demasiado cobardes para reconocerlo. y yo cuando escribo, intneto reconocerme en cada línea. Incluso en la ficción.
-Entonces cuando me escribiste aquello…
-Bueno, tampoco te agobies, porque ya te dije que las emociones las vivo de forma intensa. En ese momento sentía esa emoción. No me preguntes por qué. O sí, si quieres.
-Dime, quiero saberlo
-Pues no sé porque apenas te conozco, no sé ni tu nombre. Pero  me intrigaste, y la curiosidad es lo opuesto a la indiferencia, y a indiferencia es lo peor que podemos inspirar. Tú me inspiraste, con tu piratería y tu halo de misterio de sí pero no.
Pero fue la emoción de ese momento.  Si no se alimenta, como el mayor de los fuegos, si no hay oxígeno, se extingue.
Tú te acercaste pero por lo que sea decidiste que no. Y yo solo quise regalarte algo único: la emoción única y real de ese momento.
Una vez el oxígeno ausente apaga el fuego, queda el recuerdo, y las cenizas.
Como cuando ves un paisaje quemado y no puedes evitar recordar cómo era antes. Pues así pero sin dolor. Porque fue algo efímero, que no llegó a echar raíces.
-No sé qué decirte
-No necesitas decir nada… Los silencios son más elocuentes que las palabras. No lo olvides nunca.
Ahora coge tu barco, y pon rumbo a  otro puerto.. o a la deriva.
-Adios mi arrolladora escritora
-Adios mi pirata desconocido. Ojalá seas feliz.

Me apetece apetecerte…

Me apetece apetecerte
No por hambre, ni por frío
No por ganas de rellenar un vacío

Me apetece apetecerte
que imagines que me besas
así, hoy, ahora, en esta misma hora

Me apetece apetecerte
que  desees  acariciarme con tus manos mi melena
Cuando aún no me conoces
Cuando solo hay una imagen ,unas risas y una voz
Cuando no hay  ni más motivo ni razón
Que dejarse llevar por el azar y la intuición

ME apetece apetecerte
que me sueñes esta noche
que te inunde, aunque sé que es imposible, mi olor

Me apetece apetecerte y que mañana…
con el mar y con la Luna de testigo
en tu boca tengas mi sabor

Careless whisper- George Michael

Esta canción me recuerda a uno de esos amores de la primera adolescencia… un amor imposible afortunadamente…

15 años es demasiado pronto para enamorarse del típico chico malote… y más si él tenía 20 y pico…

Siempre me quedará ese baile. Y hoy, no me preguntes por qué, he recordado ese baile y esa historia… que quizás un día escriba…

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies